Cómo NO escribir una nota sobre una salida del closet trans

Sole Zeta
6 min readDec 6, 2020

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El martes pasado Elliot Page decidió visibilizarse como persona trans con una carta publicada en sus redes sociales, convirtiéndose así en la masculinidad trans de más alto perfil en el mundo. Por supuesto, los medios se hicieron eco… y fracasaron rotundamente. La mayor parte de las coberturas en medios en español dejaron en evidencia de que en la mayoría de las redacciones hay, como mínimo, una profunda ignorancia. Esto es así incluso en medios “progres”:

Captura del Twitter de Página/12
Todo lo que está mal con esta cobertura en una sóla imagen, cortesía del diario más tradicionalmente progresista de Buenos Aires.

Así que, asumiendo que hay buena voluntad, quería crear este recurso para referencia futura.

Error 1: DÍGAME CÓMO SE LLAMA

La mayoría de las notas en español incluían en su título el nombre por el que antes era conocido Elliot. En la comunidad trans angloparlante esto se llama deadname, “nombre muerto” (en ocasiones lo leo en español como necrónimo, lo que sería técnicamente correcto pero suena raro). Con muy pocas excepciones, las personas trans no queremos ser referidas con ese nombre. Es un recuerdo doloroso. Salvo que haya una autorización explícita (y revocable), ese nombre no debe ser usado, aún si era un nombre conocido.

Más allá de una cuestión de etiqueta (no es buena forma referirse a NADIE por un apelativo que detesta), también hay que recalcar que el verdadero nombre de una persona trans es el que elige. En la Argentina este derecho está consagrado por ley:

Ley 26.743 de Identidad de Género, ARTICULO 12. — Trato digno. Deberá respetarse la identidad de género adoptada por las personas, en especial por niñas, niños y adolescentes, que utilicen un nombre de pila distinto al consignado en su documento nacional de identidad. A su solo requerimiento, el nombre de pila adoptado deberá ser utilizado para la citación, registro, legajo, llamado y cualquier otra gestión o servicio, tanto en los ámbitos públicos como privados.

Quienes defienden el uso de un necrónimo argumentan que sin saber el nombre anterior no podríamos identificar a la persona de la que estamos hablando. Para estos casos, podemos referirnos a la persona por su carrera. Por ejemplo, Elliot Page podría ser referido como “el protagonista de Juno, Inception y The Umbrella Academy”.

También es importante remarcar que esta obsesión con los nombres no parecería aplicar para personas cis: ¿Cómo se llama Mauro Viale? ¿Y Mirtha Legrand? ¿Alguien sabe cuál es el apellido de soltera de Estela de Carloto? ¿Vamos por la vida aclarando los nombres legales de Daddy Yankee, Wos, Duki, el Indio Solari o Pocho la Pantera? Incluso en la arena política, ámbito público por excelencia, Jorge Altamira participó de innumerables elecciones bajo ese nombre, que no es el que tiene en el DNI. El Papa Francisco no nació siendo Francisco. Y Prince llegó a pedir que se refirieran a él a través de un símbolo impronunciable.

Si pudimos respetar esto, un nombre no debería ser tan complicado

Si podemos respetar esas identidades públicas… ¿Por qué cuesta tanto cuando se trata de una persona trans? ¿Será que antes que necesidad, hay un doble estándar arbitrario?

ERROR 2: Género gramatical y de los otros

Salvada la cuestión del nombre, otro error recurrente fue nombrar a Elliot en femenino. En muchos casos se habló de “la actriz”.

No, Elliot es un actor. Cuando una persona trans nos informa su género, se aplica inmediatamente y retroactivamente.

En este punto es importante respetar los términos que la persona en cuestión use para su identidad. En su carta Elliot se definió como “transgénero y queer”, pero notoriamente no se declaró ni varón trans ni no binarie, como distintas notas consignaron. Sí nos aclaró sus pronombres (masculinos y neutros), con lo que probablemente no esté mal usar una etiqueta descriptiva como por ejemplo masculinidad.

ERROR 3: Pronombres

Ya que mencionamos los pronombres, hay un problema de traducción aquí. Elliot mencionó que sus pronombres son “he/they”, lo que fue traducido por algunos medios como “él/ellos”.

En realidad, en el idioma inglés está difundido el uso del pronombre plural they como manera de referirse a personas que no se identifican ni con el género masculino ni con el femenino. Este uso está avalado por instituciones como el diccionario Merriam-Webster (que la declaró Palabra del Año para 2019) y la American Dialect Society (que hizo lo propio en 2015).

En castellano nos topamos con el conservadurismo de la RAE a la hora de incorporar lenguaje no binario, pero aún así la traducción correcta de they singular es “elle”. El lenguaje no binario no está recogido por la máxima autoridad académica de la lengua española, pero eso no impide que sea ampliamente utilizado en la vida cotidiana. El género gramatical neutro se va imponiendo en el gobierno, las universidades, y sobre todo en el habla de personas de a pie. Por ejemplo, esta etiqueta me llegó hoy en un pedido del supermercado, a través de una aplicación de pedidos que difícilmente pueda ser acusada de izquierdista o revolucionaria:

Etiqueta que dice “También te llevamos el mapa político del niñe”

ERROR 4: Declaraciones, confesiones y otros actos del lenguaje

Algo muy común en muchos medios al dar la noticia sobre el género de Elliot fue usar frases del estilo “se declaró transgénero” o “confesó ser trans”.

Las personas trans no tenemos nada que confesar, porque nuestra existencia no es ningún delito. Y decir que “declaramos” nuestra identidad es bajarnos el precio, porque las personas trans SOMOS.

Manifestar una identidad no es meramente un acto informativo o declarativo, aunque algo de eso hay. El modo principal del lenguaje en estos casos es performativo. No estamos meramente relatando una verdad… estamos haciéndo que esa verdad sea efectivamente verdad.

Sin entrar en academicismos innecesarios (tampoco es mi terreno, para el caso), hay muchos casos en la vida cotidiana en los que decir algo no es solo transmitir información, sino realizar una acción. Una persona que dice “si, quiero” en un casamiento no está sólo manifestando su voluntad, en ese acto lingüístico se está efectivamente casando. Si llamo a un comercio para realizar un pedido, no sólo estoy comunicando, estoy celebrando un contrato de compra/venta. Si relato un delito del que fui víctima a un policía, no estoy sólo dando información, sino que estoy realizando una denuncia policial.

De la misma manera, cuando una persona nos cuenta su identidad, no sólo nos está informando: ese acto lingüístico está realizando una verdad.

ERROR 5: Más que mil palabras

Finalmente, un error final que cometieron muchos medios no puede expresarse en palabras: la elección de fotografías que acompaña la foto.

En general, la mayoría eligió ilustrar la noticia con las fotos que tenían más a mano (o, siendo algo descreída, las primeras que aparecieron en la búsqueda de imágenes de Google): fotos viejas de Elliot, generalmente en alfombras rojas, con mucho maquillaje y una apariencia femenina.

Lo loco es que aún antes de su carta, Elliot elegía mostrarse de una manera bastante masculina. Entonces… ¿Por qué no respetar eso? Sobre todo porque hoy en día tenemos un excelente recurso como las redes sociales. Este es el avatar que usa Elliot en sus redes a la fecha:

Me tomó cinco minutos conseguir una foto chonga de Elliot. Un profesional del googleo (?) debería poder resolverlo en menos tiempo.

Por las dudas: si mañana Elliot decide salir a la calle en tacos y minifalda, eso no lo convertiría en una mujer. No es mi intención asociar su género a su presentación ni reforzar estereotipos estéticos, como algunes nos acusan de hacer. Sin embargo, jamás un periodista elige ilustrar una nota sobre una persona cis con una presentación que no coincide con su género. Aunque alguna vez creímos que era posible:

Lamentablemente fue fake, pero ¿quién nos quita las risas?

Como primera aproximación, creo que estos puntos que expresé no son un pedido demasiado ambicioso. Como resumen:

  • Respetar los nombres de las personas
  • Respetar el género declarado de las personas
  • Respetar la identidad de las personas
  • No devaluar la experiencia vivida de las personas
  • Respetar la imagen de las personas

Todes cometemos errores en algún momento. Lo importante es aprender de ellos (tanto de los propios como de los ajenos). El objetivo final de esta guía es volverse obsoleta. Mientras tanto, espero que sirva para, aunque sea, ir mejorando de a poco.

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Written by Sole Zeta

Chica no binaria twitteando desde la clandestinidad. Escribo cosas. Ideas y nerdaje.

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