Ornitorrincos

Sole Zeta
2 min readFeb 23, 2021

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Cuenta una leyenda originaria de Australia que en tiempos muy lejanos los animales llamaron a un cónclave de las tres tribus: mamíferos, peces y aves, habitantes de la tierra, los mares y los cielos respectivamente. El propósito de esta reunión era definir a cuál de las tribus pertenecería el ornitorrinco, que tenía características de las tres: nadaba como un pez, caminaba como una rata, tenía pico y patas palmípedas como un pato. Ponía huevos como las aves, pero a la vez amamantaba a sus crías como los mamíferos. Tras mucho meditar, el ornitorrinco optó por no pertenecer a ninguna de las tribus, sino que sería amigo de todos los animales por tener con todos cosas en común.

Cuando los colonizadores europeos se toparon por primera vez con este animal a fines de siglo XVIII, sintieron una confusión similar. Los primeros ejemplares taxidermizados en llegar a Europa fueron inmediatamente declarados un fraude: eran obviamente la obra de embusteros asiáticos, que habían unido el pico de un pato al cuerpo de un castor. Con el paso de los años su existencia fue aceptada, pero no sin provocar debates sobre su correcta clasificación. En el siglo XIX se consideraba que por tener características típicas de los reptiles el ornitorrinco era un mamífero inferior, menos evolucionado.

Hoy en día, los ornitorrincos comparten con los equidnas la clasificación de monotremas: mamíferos que se separaron del resto del arbol evolutivo hace 220 millones de años. El debate sobre la naturaleza del ornitorrinco le tomó un siglo a las academias de ciencia europeas, pero mientras tanto estos animales inferiores y falsos siguieron existiendo más o menos felizmente sin jamás enterarse. Porque en el mundo real todas estas distinciones son irrelevantes.

En la naturaleza no hay mamíferos, aves, reptiles, marsupiales o monotremas. Ni siquiera hay, estrictamente hablando, especies (porque si la especiación fuera un fenómeno discreto no tendríamos evolución). Hay animales. Individuos. Estos individuos comparten algunas características y no otras. Pero no son inherentemente parte de ninguna clasificación.

Todas las palabras que usamos para agrupar animales en especies, familias, órdenes y otras clasificaciones son una creación humana. Son herramientas útiles para el análisis científico. Pero no son la realidad. El ornitorrinco nunca fue un monotrema hasta que unos señores que se divierten inventando palabras en idiomas muertos decidieron que tenían que clasificarlo de alguna manera. Hasta entonces era un animal que sencillamente era amigo de aves, mamíferos y peces.

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Sole Zeta

Chica no binaria twitteando desde la clandestinidad. Escribo cosas. Ideas y nerdaje.