Manifiesto Transperonista

Las zonceras de que voy a tratar consisten en principios introducidos en nuestra formación intelectual desde la más tierna infancia — y en dosis para adultos — con la apariencia de axiomas, para impedirnos pensar las cosas del país por la simple aplicación del buen sentido. Hay zonceras políticas, históricas, geográficas, económicas, culturales, la mar en coche. Algunas son recientes, pero las más tienen raíz lejana y generalmente un prócer que las respalda. A medida que usted vaya leyendo algunas, se irá sorprendiendo, como yo oportunamente, de haberlas oído, y hasta repetido innumerables veces, sin reflexionar sobre ellas y, lo que es peor, pensando desde ellas.
Arturo Jauretche, Manual de Zonceras Argentinas
En 1968 Arturo Jauretche nos dio uno de los mejores textos de pedagogía política que se hayan escrito en nuestro país: el Manual de Zonceras Argentinas. Como se lee en la cita que antecede a este párrafo, Jauretche llama Zonceras a afirmaciones falsas que sin embargo son consideradas verdades evidentes. Al estar machacadas permanentemente desde las usinas de opinión, las zonceras son los ladrillos con los que se edifica el sentido común colonizado.
Hace unos días me vi en la necesidad de explicar este concepto en un grupo de lectura de no binaries en el que participo. Me referí a un frecuente argumento tránsfobo como “una zoncera” y copié la definición que di más arriba. Y ahí me di cuenta de que si bien el peronismo ha sido históricamente vanguardista en temas de género (para los estándares de la sociedad argentina, por supuesto), no existe una tradición de escritos sobre género que tomen al peronismo como marco teórico principal.
Y me vuela la cabeza. ¿Por qué no sería un encuadre ideal aquel que tiene como objetivo principal una patria justa, libre y soberana?
Nuestra patria sólo puede ser justa si hay justicia para todes. Como dice la Marcha, que reine en el pueblo el amor y la igualdad.
Nuestra patria sólo puede ser libre si todes tenemos el mismo derecho a vivir y desarrollarnos en libertad. Porque La Patria es El Otrx.
Nuestra patria sólo puede ser soberana si quienes la integramos podemos ejercer soberanía sobre nuestros cuerpos.
Y por supuesto, nuestra patria es la Patria Grande, no una idea xenófoba y excluyente. Hay lugar para todes.
El peronismo tiene una amplia historia de ampliación de derechos, incluídos los de género. El voto femenino (paradójicamente, resistido por parte de la intelligentzia progresista de la época) sería sólo la primera de muchas reivindicaciones que el peronismo llevó a cabo en esta materia. En particular podemos mencionar la primer ley de divorcio (derogada por la autodenominada “Revolución Libertadora”) y en términos materiales el impulso de la fundación Eva Perón a las mujeres trabajadoras: cada máquina de coser entregada significó una mujer económicamente independiente, por citar sólo un ejemplo.
Más cerca en el tiempo, tenemos leyes como la de Matrimonio Igualitario o la Ley de Identidad de Género. También el blanqueo del personal doméstico, las moratorias previsionales para amas de casa, la Asignación Universal. Aún durante ese período nefasto que fue el menemismo se aprobó la Ley de Cupo Femenino, que amplió muchísimo la cantidad de mujeres en la actividad política. Y no dudamos de que cuando finalmente se apruebe la ley de IVE, la mayoría de los votos serán de legisladorxs peronistas.
En ninguno de esos casos el peronismo fue original. Siempre corrió detrás de demandas sociales. Pero, a la vez, fue determinante para que estas necesidades se convirtieran en derechos. El peronismo será para la intelligentzia un rejunte de malos y feos, pero sin peronismo no hay realidad efectiva. Parecería que la manera más eficaz de llevar adelante reclamos no sería poniéndose enfrente del peronismo, sino desde adentro del mismo.
Ahora… ¿por qué, si tenemos esta rica historia de conquistas, las cuestiones de género parecen no ser parte del ideario peronista? En parte tiene que ver con que el movimiento nacional y popular es grande y diverso, y los sectores más progresistas coinciden con actores conservadores (y algunos francamente reaccionarios). Pero también creo que tiene que ver con que ha habido una renuencia de parte de la izquierda peronista de producir material sobre estos temas desde una perspectiva propia.
En su Manual de Zonceras Argentinas, Jauretche incluye unas páginas en blanco al final para que les lectores agreguen las zonceras que vayan descubriendo por su cuenta. Y creo que me toca recoger el guante. Existen suficiente zonceras sobre nuestras vivencias trans como para escribir un manual completo (incluyendo algunas que propalamos nosotrxs!), así que, de a poco, voy a ir comenzando esa tarea. Tengo unas cuantas ideas, pero si alguien quiere hacer algún aporte a la discusión, dense el gusto de dejar un comentario o arróbenme en Twitter.